domingo, 17 de abril de 2011
La Murga estuvo este año soberbia, magnífica, desternillante..
Pasé un rato estupendo, sin parar de reír y fotografiando a placer, pues muy amablemente se prestaron a ello todos los miembros de este corral de comedias moderno. ¡Qué sano reír y bromear en medio de la temible crisis!, ¡qué necesario para seguir adelante!, para descansar del mundo. ¿Y reír con lo más serio? Reírse de la muerte es como triunfar un poco, sin esperar nada más, con mucha modestia. Y es en esos momentos de diversión cuando uno más añora a los que hubieran disfrutado con el humor aguileño, gracias, Murga de los Ciegos, por habernos perdío un año más.
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